Mayo es ese mes en el que el campo estalla de color, los pueblos recuperan sus fiestas tradicionales y las familias se reúnen para celebrar momentos únicos. Romerías, comuniones, reuniones al aire libre… todo invita a compartir, a juntarse en torno a una buena mesa. Y si hay algo que no falla cuando se trata de celebraciones con raíces, es el asado de pueblo de toda la vida.
En Dorea lo sabemos bien: mayo no solo es primavera, es época de cordero y cabrito al horno, del que se come despacio, con conversación y brindis de por medio.
Romerías y fiestas de mayo: tradición que se saborea
En muchos pueblos de Segovia (y de toda España), mayo es sinónimo de romerías. Carretas, trajes típicos, procesiones y comidas campestres donde la tradición se vive… ¡y se come!
Aquí es donde nuestro asado cobra todo el sentido: porque es cómodo de llevar, fácil de preparar (solo calentar y listo) y, lo más importante, sabe como el que hacían nuestras abuelas. Y no lo decimos nosotros, lo dicen quienes lo prueban y repiten.
Un cordero o cabrito asado al estilo de siempre hace familia, hace pueblo, hace fiesta.
Comuniones: el menú que conquista a pequeños y mayores
Mayo también es el mes estrella para las comuniones. Y claro, toca pensar en menús que sean especiales, sin complicarse demasiado la vida, y que gusten a todo el mundo.
¿Nuestra propuesta? Cabrito o cordero asado de Dorea, acompañado de una ensalada fresca, unas patatas panaderas o una buena salsa casera. Así de fácil, así de delicioso.
Lo bueno es que podéis organizarlo en casa, en el jardín o en la casa del pueblo, sin necesidad de contratar un catering ni pasar el día en la cocina. ¡Y quedaréis como unos auténticos chefs!
El asado de pueblo, la estrella de cualquier celebración
Ya sea en la romería, en una mesa llena de globos y niños vestidos de blanco o en una reunión con amigos de toda la vida, hay sabores que unen generaciones. El nuestro es uno de ellos.
Así que ya sabéis: este mayo, dejad que vuestras celebraciones tenga sabor a campo, a horno de leña y a historia compartida. Dejad que tenga sabor a Dorea.
Porque donde hay asado… hay abrazos, risas y recuerdo asegurado. Y si es de Dorea, mejor que mejor.