Si sois amantes del asado de pueblo, seguro que más de una vez os habéis preguntado: ¿Qué me llevo a la mesa, cordero o cabrito? Ambos son deliciosos, tiernos y con ese sabor que solo se consigue en hornos con historia. Pero aunque parecidos… no son lo mismo. En Dorea os ayudamos a elegir el asado perfecto según la ocasión, con una tabla comparativa clara, sencilla y sabrosa. ¡Vamos al lío!
Cordero vs cabrito asado: ¿en qué se diferencian?
Aunque ambos se crían en entornos rurales y se asan con mimo, tienen matices que los hacen únicos:
Característica |
Cordero lechal 🐑 |
Cabrito lechal 🐐 |
Alimentación | Solo leche materna | Solo leche materna |
Sabor | Más suave | Más intenso |
Textura | Jugosa y tierna | Más fina y delicada |
Aroma | Tradicional y reconfortante | Más perfumado y elegante |
Popularidad | Más consumido en Castilla y León | Más típico en el norte y el sur |
Ideal para… | Comidas familiares, celebraciones | Días especiales, cenas gourmet |
¿Qué elegir según la ocasión?
Para comidas familiares y de pueblo:
El cordero lechal es el rey. Su sabor suave gusta a todos y se lleva bien con guarniciones tradicionales como patatas, ensaladas o setas. Perfecto para compartir.
Para cenas especiales o más gourmet:
El cabrito es más elegante y con un toque único que sorprende. Ideal para quienes buscan una experiencia diferente, con maridajes más atrevidos o presentaciones sofisticadas.
Para cuando tenemos poco tiempo:
Tanto el cordero como el cabrito asado de Dorea vienen listos para calentar y disfrutar en solo 30 minutos. Así que aquí elegid según vuestros gustos, ¡no según la agenda!
Consejo de la casa: ¡pruébalos ambos!
Muchos clientes de Dorea nos dicen que después de probar el cabrito… ya no quieren otra cosa. Otros son fieles al sabor de siempre del cordero. Nuestra recomendación: haced catas en casa, invitad a los vuestros y sacad vuestro propio veredicto. 😉
Elijas lo que elijas, que sea de Dorea
Ya sea cabrito o cordero, en Dorea criamos nuestros lechales con respeto al entorno rural y apostando por el sabor auténtico. Asados como los de antes, pero listos para el ritmo de hoy. Porque en cada mordisco hay pueblo, tradición… y un poquito de fiesta.