Hay platos que alimentan y otros que, además, reúnen. En Segovia, cuando llega la Navidad, el asado no es solo comida: es una excusa para volver a casa, sentarse despacio y compartir tiempo alrededor de la mesa. Cordero o cabrito, horno encendido y familia cerca. Así, desde siempre.
El asado en Segovia: una tradición que pasa de generación en generación
En muchos pueblos segovianos, la Navidad empieza días antes. Se habla del menú, se reserva el asado, se limpia la bandeja de barro y se recuerda cómo lo hacía el abuelo o la madre. El cordero y el cabrito asado forman parte de esa herencia que no se escribe, pero se repite cada año.
No es casualidad. El asado ha sido históricamente el plato de las grandes celebraciones, el que se cocinaba cuando había algo importante que celebrar… y la Navidad lo es.
El horno como punto de encuentro
Antes, el horno no estaba en casa. Estaba en el pueblo. Y eso hacía que el asado fuera, literalmente, un acto colectivo. Se llevaba la bandeja, se esperaba turno, se charlaba mientras el horno hacía su trabajo. Aunque hoy las cosas han cambiado, la esencia sigue siendo la misma: el asado marca el ritmo del día. No se come con prisas. Se espera. Se comparte. Se alarga la sobremesa.
Cordero y cabrito: dos protagonistas con alma rural
El cordero, el sabor de la Navidad de siempre
Más intenso, más rotundo, más festivo. El cordero asado es el que muchos asocian a las grandes mesas familiares, a los días en los que se juntan varias generaciones y el horno no se apaga.
El cabrito, delicadeza y celebración
Más suave, más tierno, perfecto para celebraciones más pequeñas o mesas que buscan algo especial sin perder tradición. El cabrito también habla de campo, de cuidado y de producto bien tratado.
Ambos forman parte de la misma cultura gastronómica rural de Segovia.
Por qué el asado sigue uniendo a la familia
Porque obliga a parar
El asado no se improvisa. Requiere tiempo, paciencia y atención. Y eso, en Navidad, es casi un regalo.
Porque gusta a todos
Desde los mayores hasta los más pequeños, el asado es uno de esos platos que no necesita explicación. Está bueno.
Porque sabe a casa
A pueblo, a recuerdos, a celebraciones pasadas. Cada bocado conecta con algo familiar.
Mantener la tradición, adaptándola a hoy
En Dorea creemos que las tradiciones no tienen por qué perderse, solo adaptarse. Por eso trabajamos asados de cordero y cabrito con origen rural, elaborados con respeto al producto y pensados para que hoy sea más fácil mantener viva esa costumbre tan nuestra. El mismo sabor de siempre, pero sin complicaciones.
La Navidad cambia, las familias cambian, pero hay cosas que permanecen. En Segovia, el asado sigue siendo el plato que reúne, que se espera con ilusión y que marca los momentos importantes. Porque al final, más allá del menú, lo que importa es sentarse juntos. Y si es alrededor de un buen asado de pueblo… mejor.










